¡Comencemos con el juego!

¡Saludos!

La semana pasada y esta, mi grupo y yo hemos tenido que ir pensando en ideas para crear un juego educativo que pueda resultar dinámico y por supuesto, educativo a los niños. La edad en la que nos hemos basado en este juego ronda de seis a nueve años, ya que es una edad ideal para aprender y es buen momento para enseñar lo que se vive en la sociedad a los más pequeños de una manera que puedan comprender.

A continuación, expondré la explicación y el desarrollo del juego:

El juego que hemos desarrollado consiste en el tratamiento de diversas problemáticas sociales, explicadas de una forma sencilla y práctica para que las edades más tempranas puedan comprenderlo. Para ello, proporcionaremos unas cartas con distintas cuestiones y con diferentes soluciones en las cuales los jugadores deben elegir la que consideren correcta y mediante estas respuestas obtendrán o perderán puntos que les ayudarán a avanzar por las distintas casillas del tablero dirigiéndose hacia la victoria.

El objetivo de este juego y por el cual lo hemos elegido, es para dar a conocer desde una temprana edad los distintos tipos de problemáticas sociales que se llevan a cabo día tras día, y mediante este juego de forma dinámica, poder concienciar a los jugadores de cómo deben actuar ante estas situaciones.

Todos los componentes del grupo estamos de acuerdo en que es mejor educar a los sujetos desde pequeños y qué mejor forma que mediante juegos, que es la mejor dinámica de aprendizaje y que desgraciadamente la que menos se utiliza en los centros educativos; donde se rigen por conceptos y teorías sin introducir ninguna práctica beneficiosa para el refuerzo de dicho aprendizaje.

El juego comienza cuando todos los jugadores tiran el dado, el que mayor puntuación haya obtenido comienza el juego. A continuación, comienzan a mover sus fichas a medida que avanzan los turnos. El juego tendrá casillas al azar de preguntas o de actividades en la que los jugadores tendrán que responder correctamente o hacer la actividad de manera adecuada. En el centro, se sitúan unas tarjetas en la que todos deben cooperar con lo que marque dicha tarjeta, estas tarjetas se recogen según lo vaya marcando el juego. Gana quien más puntos de moralidad consiga.