14 de febrero del 2017
Querida Perseida:
¡Saludos, pequeña!
Sé que no
podrás leer esto, pero dejaré aquí, en esta carta, la felicidad y los
sentimientos tan tiernos que me regalas y cómo eres capaz de enternecer mi
corazón día a día, algo que entre las personas nos cuesta bastante, ya que al
ser tan complejas no nos entendemos muchas veces. Siempre he querido tener una compañía como la
tuya hasta que el nueve de septiembre tuve la suerte de encontrarte. Estabas
sola, en una cuesta entre matorrales y maullabas llamando la atención. En
cuanto te miré, conecté contigo en un instante, estabas clamando cuidados y yo
sin pensármelo bajé para ayudarte junto a mis amigos, mientras pensábamos la
manera de capturarte. Nos costó tres
horas atraparte, ya que estabas asustada y tu instinto te decía que podríamos
ser peligrosos.
Al principio, ya en mi casa,
estaba nerviosa porque no sabía cómo tratarte ya que estabas asustada, en un
lugar nuevo que no era el tuyo habitual. Mis amigos me decían que te diera tiempo hasta que te acostumbraras un
poco a tu nuevo hogar. Unos meses después ya te sentías como de la familia, muy
feliz y correteando por los pasillos con una euforia desbocada. Conseguiste y
consigues enternecer a todas las personas de la casa, incluido tu compañero, un
perro muy territorial. Intentas pasar tiempo con todo el mundo y vas visitando
a los demás para curiosear qué hacen y hacerles compañía un rato, y aunque
muchas veces nos enfademos contigo por ser tan traviesa, apenas nos dura el
enfado porque usas tu ternura gatuna para contrarrestarlo.
Te llamé “Perseida” porque tus
ojos parecían estrellas y cuando mirabas fijamente te atrapaban, justo como
hace el cielo estrellado en los humanos. También fue porque siempre he deseado, como he dicho antes, una compañía
gatuna y ahí estabas, como si una estrella fugaz del mes de agosto (Perseidas)
hubiese caído para mí. La gente me decía que el nombre le sonaba como algo
fugaz y pasajero, pero no fue así ni lo es. Recuerdo que al principio, cuando
no estaba en casa tenía una gran dependencia por ti, quería asegurarme si estabas
bien y te encontrabas a gusto. Sigo haciéndolo, pero doy por seguro que estarás
dormida o trasteando y que estarás de lujo. Por las mañanas a quien primero veo
es a ti que vienes a saludarme y a recibir y transmitir cariño y eso es algo
que me alegra todos los días, incluso a veces llego tarde a clases porque me
vienes ronroneando y no puedo negarme a darte mimos cuando haces eso. Espero
que no me faltes nunca porque ya no me puedo imaginar cómo era mi vida antes de
ti, porque desde que has llegado lo único que has hecho es alegrarnos y mejorar
nuestras vidas y sinceramente, espero que sea lo mismo para ti. Nos gusta verte
feliz tanto como seguramente te guste a ti notar un ambiente alegre.
Eres mi gran y mi fiel amiga y
te quiero muchísimo.
Con todo el amor del
mundo,
Sara
Oooh, ¡qué bonito! El amor más genuino, sin duda el de los animales.
ResponderEliminarPersonalmente, pienso que los animales son una existencia maravillosa en este mundo. Tuve mucha suerte de encontrar a esta pequeña.
EliminarHola Sara,
ResponderEliminarme parece una publicación preciosa y que en lo primero que pienses a la hora se escribir la carta de San Valentín sea a tu gata demuestra que tienes un gran corazón. ¿Crees que hay que poner alguna solución inmediata a la recogida de animales abandonados?¿Cómo lo harías?
Un saludo.
¡Buenas Lucía!
EliminarÚltimamente se están poniendo más soluciones que antes y hay más voluntarios de acogida, y eso es algo que se agradece mucho. No a todo el mundo le gustan los animales pero por ello no deberían pegarlos, abandonarlos o asustarlos, son seres vivos como nosotros.
Pienso que si quieres de verdad a tu mascota no le harías nada malo.
Siendo mas directa a tu pregunta, se deberían poner más soluciones creando, por ejemplo, nuevos refugios de animales ya que hay tantos animales a su suerte y en peligro que en un solo refugio no entran todos. Tampoco hay que regalarle a nadie ninguna mascota a no ser que se sepa que la vaya a cuidar y que sea totalmente consciente de todos los cuidados que conlleva. Deberíamos cuidar a estos refugios y animar a las campañas que defienden a los animales.